Un gran número de problemas psicológicos encuentran su inicio en la infancia o adolescencia por lo que un diagnóstico precoz e intervención inmediata podrían ahorrar mucho sufrimiento.
Hace tiempo se creía que los niños no se podían deprimir, ni tampoco tener ansiedad y mucho menos tener ataques de pánico, pero gracias a la investigación y los datos que salen de esta se ha concluido que al igual que los adultos, un niño puede padecer un trastorno ansioso, un estado depresivo pero los síntomas difieren.
Si estos síntomas no se tratan, podría provocar el fracaso escolar, la expulsión del colegio o instituto, aislamiento, absentismo, pérdida de los amigos, discusiones en casa y una convivencia muy complicada.
Los trastornos psiquiátricos en la infancia suceden en 1 de cada 20 niños, es decir, que en cada clase seguramente algún niño lo padece.
Con el tiempo se convierten en adultos y se cronifica.
Durante el desarrollo del niño, las demandas o exigencias a las que ha de hacer frente van aumentando por lo que dotar al pequeño de unas habilidades y destrezas se hace imprescindible para poder afrontar con éxito este reto de hacerse mayor.
Las habilidades sociales como el saber expresar sus sentimientos, saber decir no, resolver un conflicto, la comunicación, ser asertivos es lo que garantizará, el establecimiento de relaciones sociales adecuadas, la buena relación familiar y la prevención del consumo de drogas y/o otros hábitos desadaptativos.
El Centro de Atención Multidisciplinar está compuesto por un equipo de psicólogos, pedagogos, logopedas y psiquiatras cuya finalidad es el trabajo eficaz y coordinado donde el paciente sea el máximo beneficiado.
Para ello se utilizan las técnicas psicométricas más actualizadas y fiables, entrevista al niño y se comparan con la información obtenida por las personas que lo rodean (padres y profesores). Con ello, se establece el diagnóstico con una probabilidad de éxito de casi el 100%.