Este dicho tan popular ha sido corroborado científicamente. Psicólogos, sexólogos, sociólogos y médicos han explicado la base en la que se sustenta… y es que «cuando el río suena, agua lleva».
La llegada de la primavera, conocida también como el «primer verano», supone el aumento de la luminosidad y la subida de la temperatura, la ropa nos sobra, elegimos colores más optimistas y atrayentes y aumenta el interés por relacionarnos. A mayor luz y a mayor temperatura, se produce una serie de cambios hormonales afectándonos al estado de ánimo.
Uno de los principales cambios que se dan en esta época es el aumento de feromonas, sustancias que sirven para seducir y atraer a otras personas. Las feromonas son secretadas por la persona, a través de la piel (por medio del sudor) y se dispersan en el aire, siendo percibidas por los demás a través del olfato. El encargado de la identificación es el llamado órgano vomeronasal (VNO), situado en la nariz, y que enviará señales al hipotálamo.Cantidades casi imperceptibles pueden causar reacciones muy intensas. Se trata de un proceso de comunicación química natural y no consciente entre miembros de la misma especie. Desde este punto de vista, el sexo podría ser una simple cuestión de química, de piel, y el conocido «amor a primera vista» en realidad sería «a primer olfato».
No es de extrañar que en esta época, debido a dichos cambios, nos pueda apetecer más tener experiencias gratificantes como el sexo. Sin embargo, hay personas a las que la primavera en lugar de estimular las adormece, es el síndrome conocido como astenia primaveral, que se caracteriza por un profundo cansancio, fatigabilidad y debilidad generalizada. Dicho cuadro no tiende a durar más que dos o tres semanas, tiempo que sirve de ajuste al individuo a las nuevas condiciones, propias del cambio estacional. La astenia reproduce en líneas generales síntomas más físicos que anímicos. Al cansancio y la debilidad física generalizada le pueden acompañar la falta de apetito, trastornos del sueño y problemas de concentración y memoria, llegando en ocasiones a estados agudos de tristeza e irritabilidad, como respuesta lógica a los síntomas de carácter físico.
Para disfrutar de la primavera y de sus beneficios, es aconsejable mantener unos hábitos de vida saludables, incluyendo la correcta alimentación, la higiene del sueño y el ejercicio físico moderado y frecuente. Además, curiosamente, practicar ejercicio físico, incluyendo el sexo, produce el aumento de secreción de feromonas.
Si quieres aumentar el placer da rienda suelta a la creatividad, la rutina es la gran enemiga de las relaciones sexuales placenteras. La confianza y la comunicación son también de vital importancia en estos menesteres.
Iván Hernández Santana.
Centro de Atención Multidisciplinar.