Dependencia emocional

Entendemos la dependencia emocional como un patrón crónico de demandas afectivas frustradas que buscan satisfacerse desesperadamente a través de relaciones interpersonales estrechas.

Normalmente, relacionamos dependencia emocional con dependencia de la pareja, sin embargo, se puede establecer esa relación patológica con otras figuras (padres, hijos, hermanos, amistades, etc.).

Las canciones, la literatura, el arte, la poesía… nos transmiten mensajes tales como «sin ti no soy nada», «si me dejas me muero», «nadie más que tú», etc. Esos mensajes pueden dejar de ser meras expresiones de romanticismo para acompañar una velada romántica y convertirse en férreos esquemas mentales en una persona, es decir, en una realidad para ella.

La dependencia emocional no te permite ver que la persona más importante en nuestra vida es, sin duda alguna, uno mismo. Algo que para muchos es sinónimo de egoísmo, puede ser la tabla de salvación del que no ve por sus ojos sino por los del ser «amado» o «necesitado».

¿Creemos que existe nuestra media naranja o somos una naranja entera?

Para vencer este problema, es fundamental fortalecer nuestra autoestima y cuestionarnos las ideas irracionales que pueden estar influyendonos. El ocio, el espacio íntimo o individual (esa soledad que es buscada y con la que se disfruta), los hobbies, las amistades… son elementos fundamentales para el desarrollo de una vida ajena a las dependencias emocionales.

Iván Hernández Santana

Centro de Atención Multidisciplinar

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